Este fue el enfoque que generó el boom de las competencias, en la gestión de personal: "las competencias, clave del éxito en el desempeño"...
El enfoque psicológico surge de las investigaciones del doctor David Mc Clelland, cuando descubre, a mediados de los años setenta, que el desempeño exitoso de las personas en unos u otros roles o profesiones, no está directamente relacionado con lo aprendido en la universidad u otra institución educativa, sino con ciertas características subyacentes a la persona que determinan su desempeño superior, tal como describen las competencias, los autores Lyle y Signe Spencer.
En esta perspectiva, las competencias son básicamente atributos personales, algunos innatos o talentos, y otras capacidades desarrollables. Sin embargo, en esta escuela se reconoce la existencia de competencias funcionales o técnicas. Mc Clelland destacó que no basta con adquirir o desarrollar capacidades técnicas o de carácter funcional. Esto es importante y puede aprenderse por diversas vías más o menos formales, pero lo que determina el desempeño exitoso, son las características personales subyacentes que él denominó competencias (1) - ver Notas, al final.
Por ejemplo: en la actividad funcional de planificación, lo que determina la posibilidad de éxito de una persona, son ciertos atributos como el pensamiento estratégico, el pensamiento sistémico y el sentido del negocio, principalmente. En la actividad funcional de diseño gráfico publicitario, lo será el pensamiento creativo, y en una enfermera lo será la empatía y la inteligencia social.
En síntesis, en esta perspectiva, las diversas competencias están relacionadas, principalmente, con los siguientes aspectos: saber ser, querer ser, querer hacer y saber hacer.
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